Todos buscamos la libertad, queremos ser libres. Un adolescente piensa: “cuando crezca y no tenga que obedecer más a mis padres, ahí si voy a ser libre”. Pero, ¿qué es ser libre?. No estar presos ¿es ser libre?.
La libertad es peculiar, angustia casi tanto no tenerla como tenerla. Ser libre, a veces, te llena de miedos.
Leí sobre el caso de un hombre que era asmático y que fue puesto preso. La paradoja es que en la cárcel se le fue el asma. En la cárcel no hay opción, la libertad te da miles de opciones, la libertad te obliga a elegir, una libertad te obliga, es una paradoja.
Hay que estar preparado para reclamar libertad, porque la podes conseguir.
Ser liberado es como abrir los ojos a la luz después de mucha oscuridad. La libertad encandila, enceguece.
Libertad suena a no tener límites, pero en realidad ser libre es tener la libertad de moverse entre algunos límites. Libertad es mucho más que elegir, es hacerse cargo de esa elección.
Es más fácil hacerle caso a alguien, que hacerse caso así mismo, porque eso es ser libre, hacerte caso.
¿Quién queres ser?. ¿Vas a hacerte cargo de lo que elegis?. ¿Vas a elegir?. Aunque no quieras, aunque no lo sepas, siempre elegimos. Estamos condenados a ser libres. Ser libre es ser esclavos de las consecuencias de tu elección, otra paradoja. Y hacerte cargo de las consecuencias de tus elecciones te vuelve a liberar.
Todos buscamos la libertad, habrá que hacerse cargo de lo que hiciste, lo que haces y lo que harás y tener una vida condenadamente libre y plena de sentido.
Pedir perdón no parece suficiente para todo lo que hice. Ustedes me dirán que fui una victima, pero yo no tengo la inocencia del inocente, haber despertado me liberó y me hizo caer al vacío. Mi vida es un eterno despertar, es pasar de las sombras a la luz y volver a las sombras, es una ironía que me llame Luz.
Fui títere de un titiritero y ahora me cortaron los hilos, y no soporto ver lo que hice, no soporto la libertad de cambiar. Ahora la libertad me quema entre las manos, no se qué hacer con ella, no puedo mirarme a la cara, no puedo mirarme a un espejo. Poder soltar lo que me aferraba es una gran liberación, y ahora estoy en el aire, no tengo dónde apoyarme ni en quién. Y el amor que me tienen a pesar de todo se me vuelve insoportable haberme liberado de la mentira en la que vivía. Me encerró en una prisión mucho peor, una celda pequeña donde estoy yo frente a mí misma, yo soy mi propio infierno.
No se qué hacer con esta libertad, no puedo transformar tanto odio y dolor en nada bueno.
Nunca entendí la agorafobia. ¿Quién puede temerle a una espacio abierto, luminoso, con aire?. Ahora si la entiendo. Crecí en un sótano y es ahí donde me siento segura, en la oscuridad, sometida a la presión de los límites. Esta liberación es como salir nuevamente de ese sótano. Y la luz me ciega, despertar, recuperar mi identidad me duele, recuperé una libertad que no puedo soportar. Ya no puedo resistir más, necesito liberarme de estos fantasmas que me torturan desde siempre, necesito liberarme de mi misma, soltar, entregarme, dejarme ir...
jueves, 14 de octubre de 2010
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